Este año la previsión de ventas es mayor, pero con menor beneficio debido al incremento de los costes.
Las empresas nacionales parecen no recuperar el ritmo deseado. La inflación continúa siendo una pesadilla en el panorama empresarial. Esto, sumado a la escalada de precios continua durante los últimos meses, dibuja un horizonte complicado para el tejido empresarial.
La gran preocupación de los empresarios es que, pese al aumento de la demanda, los márgenes de beneficios siguen menguando. Según los últimos sondeos, aunque la previsión pasa por aumento de ventas, el incremento de ganancias no se prevé mayor.
Apoyados en el informe ‘Perspectivas España 2023’, realizado por KPMG en colaboración con CEOE, cerca de un tercio de los empresarios consideran la situación económica actual mala o muy mala, y un 69% dicen que la inflación ha reducido en gran medida su margen de beneficio.
Un impulso a las medidas de apoyo
Con esta perspectiva, desde la CEOE se apoya la necesidad de impulsar medidas de apoyo para mejorar la situación actual de las empresas. Esta iniciativa se sumaría a la búsqueda de un marco de estabilidad política y calidad normativa. La combinación de ambos elementos daría lugar a un clima de inversión favorable.
En cuanto a los aspectos positivos en este marco, el tejido empresarial es consciente de que el éxito de este proceso determinará sus posibilidades de crecimiento a medio y largo plazo en un entorno cada vez más competitivo, que exige de una rápida respuesta a los cambios.
Para poder comprender la situación actual hay que repasar los datos que nos dejó 2022. El año pasado fueron 1.151 las pymes que echaron el cierre definitivo. La desaparición de tantas pequeñas empresas es muy preocupante. Este sector empresarial sufre especialmente los costes desmesurados que se dan en este momento.
La incógnita de 2023
Las previsiones para este año parecen ser complicadas para las pymes. La inflación se mantendrá como la gran protagonista en 2023. Este aspecto tiene un impacto muy alto en los márgenes de beneficios de las empresas. Para paliar los daños, muchas pymes han redefinidos sus políticas de precios y han renegociado sus contratos con proveedores.
Si segmentamos el tejido empresarial, los más perjudicados serán los autónomos y pymes de hasta 9 empleados. Las peores previsiones se centran en ambos sectores con los peores datos económicos.